Norberto Rivera, en Río Grande
Norberto Rivera, en Río Grande
La naturaleza hizo una tregua, para no dejar caer una torrencial lluvia que amenazaba sobre el cielo cruel de Río Grande, para escuchar la homilía del cardenal arzobispo de México Norberto Rivera Carrera el pasado 12 de julio, de 2012. Fecha histórica para nuestro pueblo.
El gentío exclamó cuando el Cardenal anunció que su primera parroquia fue la de Santa Elena de la Cruz y más cuando mencionó que el encargado de la feligresía fue el padre Juanito. Las lágrimas por la emoción empezaron a correr por las mejillas de los fieles católicos.
La presencia del cardenal en Río Grande, fue para inaugurar la magnánima obra arquitectónica de la Casa Hogar Santa Elena que albergará a personas de la tercera edad.
Allí desplegó merecidos elogios para los miembros del Patronato y para los del club de migrantes de Chicago, que gracias a ellos y a la autoridad civil fue posible esta construcción.
El arzobispo primado de México mencionó, que lo más importante de esta obra es insistir en su manutención permanente, para beneficio de los ancianos que van a vivir en ella. Seguir con la llama de la fe para brindarles dignidad y oportunidad de ser útiles.
Ha penetrado hondo el sermón del arzobispo, porque tiene que ver con la apología que hace de la carta pastoral "Por una cultura de la tercera edad" que escribió en 1999 con motivo del Día Internacional de la Ancianidad.
En esta carta nos relata la manera de hacer un ejercicio critico sobre nuestra cultura actual en lo relativo a la manera de concebir y vivir con personas de la tercera edad, porque según Norberto Rivera, los hemos excluido y no hemos permitido que se organicen y ejerzan su derechos entre otros el derecho al afecto y el derecho a la seguridad social.
La cultura de la ancianidad significa una relación de respeto, de dignidad entre la autoridad eclesiástica y la civil y, de la sociedad para con los adultos mayores. Este nivel de relaciones no debe de inhibir el desarrollo y la permanente perfección de su personalidad.
Sin violentar la disposiciones constitucionales de la laicidad del Estado. La autoridad civil y a eclesiástica se ha armonizado para edificar una casa hogar en la municipalidad de Río Grande, que tenga como finalidad el desarrollo material y espiritual de los ancianos.
La versión social y filosófica de la nueva cultura de la tercera edad, está bien cimentada en la conciencia de los riograndenses al lograr la madurez humana, propiciando que los adultos que estén en condiciones aptas puedan transmitir a la comunidad su experiencia y su visión.
El Padre Beto, se sintió como en su casa. Asistimos a un evento en donde las grandes obras, unen a los más incrédulos del bien común. La nueva cultura ha permitido que veamos con respeto a nuestros abuelitos y que les demos su lugar en la vida, para que puedan desarrollarse en plenitud, sin prejuicios, con toda libertad y seguridad posible.
*Maestría en Derecho Constitucional
Por: Sergio García Castañeda
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